En concordancia con los principios, ciclos y campos de formación que asisten la estructura curricular de la propuesta de formación de la Licenciatura en Ciencias Sociales, los diferentes modos de actividad académica y sus correspondientes contenidos y metodología son planteados por cada uno de los docentes de manera autónoma en los syllabus, en diálogo con los micro currículos definidos en el registro calificado de la carrera. Los estudiantes, a partir del segundo semestre, en concordancia con las normas institucionales, pueden avanzar independientemente de los semestres, en una lógica planteada para cada ciclo. Se busca que cada estudiante desarrolle su proceso formativo de acuerdo a sus intereses y necesidades de aprendizaje, pero que opte por hacer el tránsito al ciclo siguiente, una vez agote los créditos del anterior. Salvo en el caso de las prácticas pedagógicas no se han planteado una secuencialidad lineal semestralizada.
El ciclo de fundamentación con el que se inicia el plan de estudios de la carrera se nutre con la aproximación que conforman las ciencias sociales a partir del abordaje histórico de las teorías sociales tanto clásicas como contemporáneas y un abordaje inicial frente a problemáticas sociales contemporáneas tales como los debates sobre la relación que en la actualidad se establece con los procesos de construcción de la memoria colectiva o del espacio y el territorio en contextos rurales y urbanos. También en este momento formativo, se busca, que los estudiantes vayan constituyendo su propio posicionamiento ético y político mediante su incursión en los debates sobre la violencia, el conflicto y la educación para la paz. Cada campo de formación, en este primer ciclo, busca contribuir a la construcción, por parte de los estudiantes, de un andamiaje teórico de las ciencias sociales y la pedagogía, desde una perspectiva interdisciplinar e integrada.
Los fundamentos referentes al campo de la pedagogía no pueden pasar desapercibidos, en tanto son la base de la formación profesional de los futuros docentes de las ciencias sociales. En consonancia con esto, los espacios académicos en este ciclo ofrecen a los estudiantes contenidos que reseñan elementos para la comprensión de la historia de la educación y la pedagogía, las corrientes pedagógicas contemporáneas y el reconocimiento de la existencia de alternativas educativas a los cánones tradicionales recogidos en la nominación otras educaciones.
La formación en investigación inicialmente está soportada en el fortalecimiento de los procesos de pensamiento lógico, matemático y en estadística social, así como del abordaje de los enfoques teóricos y metodológicos tanto de la investigación social como educativa que introduce a los estudiantes a su configuración como sujetos de saber soportados en un horizonte de producción de conocimiento propiciado por los procesos formativos de la investigación social y educativa.
Lo anterior está articulado a la exploración en los procesos del campo de la comunicación y la estética en la que los estudiantes se adentran en dicho ámbito desde los espacios académicos referidos a la producción y comprensión de textos, análisis del discurso y a los horizontes del mundo de las mediaciones y las nuevas tecnologías, y las relaciones con el lenguaje la estética y la sociedad, que adecuan la formación docente en el entorno cultural del mundo simbólico mediado por las nuevas relaciones propiciadas en este campo.
En esta fase de fundamentación, inicia el desarrollo de las prácticas pedagógicas que propician un acercamiento reflexivo y crítico a los contextos escolares y al aula de clase como escenarios de indagación y análisis.
La segunda fase, denominada de profundización, está formulada desde una perspectiva problémica, en las que los espacios académicos de cada campo de formación, articula de forma multidisciplinaria o interdisciplinaria ámbitos de la realidad social y educativa en un sentido de problematización, lo global, lo latinoamericano y lo nacional están atravesados por ejes de discusión esenciales a la comprensión histórica y contemporánea de cada uno de estos escenarios regionales. Lo educativo y el área de ciencias sociales también se indagan, en sentido regional, Colombia e Iberoamérica, así como desde lo histórico y la producción intelectual producida en dichos escenarios territoriales.
Resaltan de forma particular dos campos de saber que articulan y problematizan tanto lo social como lo educativo, es el caso de lo ambiental y los derechos humanos. En este ciclo, lo investigativo y el componente de práctica tienen un sentido prospectivo y analítico, pues la apuesta formativa se centra en la consolidación de las habilidades y capacidades propositivas, fortaleciendo la capacidad de formulación de propuestas investigativas sociales y educativas, como también del desarrollo de propuestas para el área y los proyectos de aula de las de ciencias sociales. Además, se genera el reconocimiento de escenarios educativos, comunitarios y sociales.
No hay que perder de vista que en las prácticas pedagógicas y en las salidas de campo, radica el acercamiento a la ciudad, lo regional y nacional desde el contexto inmediato a lo mediato y el abordaje de problemáticas de contextos externos a la ciudad, con temáticas y diferentes visiones, mediante ejercicios de indagación, sistematización, interacción con diferentes actores de las experiencias y contextos elegidos en el ciclo de profundización. Este tipo de acercamientos a distintas realidades sociales están arraigados en el principio del conocimiento holístico desde un marco interdisciplinar que actúa como referente epistemológico; además se pone en juego el análisis de algunos problemas mundiales y latinoamericanos, mediante la elección de temáticas y problemáticas que, como su nombre lo indica, están al orden de la crisis actual y para su intervención se identifican enfoques teóricos desde donde se realizan lecturas del mundo contemporáneo.
En lo referente a la fase de innovación, mediante un enfoque socio-político investigativo, se plantean proyectos de mediación pedagógica o educativa con intencionalidad formativa y de elaboración de conocimiento social. No es raro, entonces, encontrar en los syllabus propuestas pedagógicas orientadas a la reflexión sobre procesos de construcción de paz y convivencia, pedagogías decoloniales propias, territorios y derecho ciudad, educación y movimientos ambientales, programas de animación socio-cultural y artística como práctica pedagógica, historia de la pedagogía en Colombia, cambio cultural y educación, entre otros referentes. Lo anterior se realiza en tres momentos que son los de formulación, implementación de un proyecto pedagógico y su correspondiente análisis por medio de un ejercicio de sistematización de la experiencias durante los últimos tres semestres de formación
En relación con las electivas, sus programas contienen una amplia gama de orientaciones destinadas a profundizar sobre conceptos, problemas y categorías disciplinares claves para la comprensión y problematización de los fenómenos sociales; sus contenidos refieren aspectos disciplinares como: introducción a la sociología de la cultura, problemáticas sobre derechos humanos, escenarios del derecho internacional para poner en contexto analítico las transiciones que garanticen los derechos a la verdad la justicia y la reparación y extraer lecciones para el caso colombiano.
Los medios y tecnologías de la información –MTIC– se han vuelto relevantes en la formación de cualquier profesional y exigen su comprensión y conocimiento práctico para el desarrollo de cualquier programa de formación, en concordancia, los estudiantes cursan un programa que les proporciona recursos para su aplicación y utilización en su proceso de formación en lo concerniente a búsqueda bibliográfica, elaboración de tareas, enseñanza mediatizada, evaluación en línea, manejo de software educativos y otras formas de aprendizaje mediatizado y autónomo.
En lo tocante a las cátedras transversales cada semestre se propone un programa específico que es liderado por el Proyecto Académico de Investigación en Educación y Pedagogía –PAIEP – y el Comité de Currículo institucional, otorgando a estos espacios criterios de la Universidad como institución generadora de conocimiento y convocando a todos los estudiantes a participar activamente de ellos.